Gilles de Rais vs Carlos VII, el Bienservido
Pasaje de la Historia sobre Gilles de Rais vs Carlos VII, el Bienservido del programa la Rosa de los Vientos narrado por Juan Antonio Cebrían.
Su enorme agresividad y psicopatía lo llevaron a alistarse en el ejército para desahogarse con los enemigos a los que se enfrentaba. Su abuelo De Craon quería que llegase a la cumbre del poder francés y para ello le recomendó a Guillaime La Jumelliers como consejero en política, estrategias militares y finanzas. Se puso a las órdenes de Juan V, duque de Bretaña en las querellas residuales de la Guerra de Sucesión Bretona, entre los Montforts y los Penthièvres. Luchó siempre en la vanguardia con sus soldados —tropas pagadas por él—, y sus compañeros de armas lo admiraban porque parecía poseído cuando luchaba dando mandobles, con una rapidez y fuerza increíbles, pareciendo que eran los demonios quienes regían sus movimientos.
Con 17 años, de vuelta a casa después de esta campaña, Gilles raptó a su prima Catherine de Thouarscon, de 15 años, y se casó con ella ese mismo día, el 24 de abril de 1422. La familia Thouarson poseía varios castillos que, unidos a los suyos, harían de la unión la familia más rica y potente de Francia. Pero Gilles se equivocaba y la familia de su mujer no aceptó la unión matrimonial, por lo que en venganza Gilles raptó a su suegra y la encerró a pan y agua hasta que cedió los castillos que él pedía. Mientras tanto, Gilles y su primera esposa, tardaron siete años en tener descendencia, Marie, nacida en 1429, debido a las tendencias homosexuales que le hicieron desinteresarse por su mujer. Catherine, con su hija en brazos, huyó y se refugió en uno de los castillos de su padre. Gilles nunca mostró interés alguno por ninguna de ellas. Después de las campañas de Juan V, Gilles rindió homenaje a Carlos VII, delfín de Francia en aquel momento, para combatir contra los ingleses y sus aliados de Borgoña.
Lo reclutó Georges La Tremoille, gran chambelán del rey, hombre astuto y hábil que vio la capacidad combativa y guerrera de Gilles, quien arrastraba tras de sí a los soldados en las batallas. En aquel momento, La Tremoille pretendía aprovechar los éxitos militares para mantenerse en el poder. Fue en esa época —en la que, no olvidemos, la guerra era para los nobles un mero entretenimiento— cuando Gilles conoció, en 1429, a Juana de Arco, con la que quedó fascinado y maravillado por su historia y belleza física. El Delfín Carlos concedió un pequeño ejército a Gilles y a Juana para liberar Orleans del asedio inglés. Junto a ellos estaban otros generales como el Bastard de Órleans —Conde de Dunois—, el Duque de Alençon y La Hire.
En sólo ocho días las fuerzas francesas lograron levantar un sitio que duraba ya varios meses. Entraron triunfales en la ciudad y todo el mundo los veía como los salvadores de Francia. Poco después contribuyó a las victoria francesas en la batalla de Jargeau y en la batalla de Patay. Su audacia y violencia en combate eran comparables a la de los berseker vikingos. Gilles llegó a decir durante las campañas con Juana que ella era Dios y que si debía matar ingleses por mandato de Dios, así lo haría. Se convirtió en su escolta y protector, salvándola en varias ocasiones en los fragores de las batallas, como en el ataque a París a finales de 1429. Pese a las matanzas y crueldades de la guerra, Gilles se sentía realizado espiritualmente, ya que Juana lo inspiraba y había rendido un gran servicio a su patria. Además, en ese mismo año fue proclamado mariscal de Francia con tan sólo 25 años —caso único en la historia francesa—, amasando una inmensa fortuna. Adoptó la flor de lis en su escudo de armas, cuando Carlos VII fue proclamado rey el 17 de julio en la catedral de Reims. Mientras disfrutaba de su posición como mariscal de Francia ocurrió otro hecho : la captura y condena a muerte en la hoguera de Juana de Arco, el 31 de mayo de 1431. Pese a que intentó ayudarla contratando un pequeño ejército de mercenarios, aún no se sabe qué pasó para que no llegara a tiempo, ya que tan sólo se encontraba a 25 kilómetros de Ruan, localidad en que se había llevado a cabo el juicio. Su última acción en la Guerra de los Cien Años fue en la batalla de Lagny en agosto de 1432, en la que resultó victorioso. Además de la muerte de Juana de Arco, el chambelán La Tremoille, su protector, cayó en desgracia en 1434 después de la campaña de amparo al duque de Bourbon contra el duque de Borgoña, que sitiaba la ciudad de Grancey.
Perdida su condición de mariscal, Gilles se refugió en el castillo de Tiffauges, ubicado en la Vendée, y se convirtió en un demonio que afloró sus instintos más perversos. Su mente se volvió más enfermiza debido a que no participaba en guerras para tranquilizarse y a que, tras la muerte de su abuelo en 1432, Gilles tuvo plena libertad para hacer lo que quisiera.