Aníbal y las Guerras Púnicas

Edad Antigua AC - 247 AC

Pasaje de la Historia sobre Aníbal y las Guerras Púnicas del programa la Rosa de los Vientos narrado por Juan Antonio Cebrían.

Después de que los cartagineses asediaran y destruyeran Sagunto, los romanos decidieron contraatacar en dos frentes: África del Norte e Hispania, partiendo desde Sicilia, isla que les sirvió de base de operaciones. No obstante, Aníbal trastocó los planes de los romanos con una estrategia inesperada: quería llevar la guerra al corazón de Italia, marchando rápidamente a través de Hispania y del sur de la Galia.

Consciente de que su flota era muy inferior a la de los romanos, Aníbal decidió no atacar por mar, sino que eligió una ruta terrestre mucho más dura y larga pero más interesante tácticamente, pues le permitió reclutar a muchos soldados mercenarios o aliados procedentes de los pueblos celtas dispuestos a combatir a los romanos. Antes de su partida, Aníbal distribuyó hábilmente sus efectivos y envió a África del Norte varios contingentes de íberos, mientras que ordenó a los soldados libio-fenicios que garantizaran la seguridad de las posesiones de Cartago en Hispania.

Los oretanos levantados en armas contra los cartagineses, acuerdan la paz entregando la mano de la princesa de Cástulo, Himilce, que acaba casando con Aníbal, trasladándose ésta a Cartagena y permaneciendo allí durante las campañas de su marido y hasta su muerte. Aníbal no partió de Cartagena hasta finales de la primavera del 218 a. C.

El general puso en marcha al ejército y envió representantes para negociar su paso a través de los Pirineos y trabar alianzas con los pueblos que se asentaban a lo largo de su trayecto. Según Tito Livio, Aníbal atravesó el Ebro con 90.000 infantes y 12.000 caballeros,y dejó un destacamento de 10.000 infantes y 1.000 caballeros para que defendieran Hispania, a los que se sumaron 11.000 iberos que se mostraron reticentes a abandonar su territorio. Tras su paso por los Pirineos, disponía de 70.000 infantes y 10.000 caballeros. Según otras fuentes, Aníbal llegó a la Galia a la cabeza de 40.000 infantes y 12.000 caballeros. Es complicado establecer la aproximación de sus efectivos reales. Ciertas estimaciones creen que encabezaba una fuerza de 80.000 hombres. A su llegada a Italia, parece que estaba a la cabeza, según las fuentes, de entre 20.000 y 50.000 infantes y de entre 6.000 y 9.000 jinetes. Por otro lado, en varias ocasiones, o como mínimo, al principio de la guerra, Cartago envió refuerzos a Aníbal. Además, a su ejército se sumaron muchos soldados procedentes de tribus.

Cerca de 40.000 galos se unieron al ejército cartaginés durante la guerra. En su ejército, Aníbal contaba con un poderoso contingente de elefantes de guerra, animales que representaban un importante papel en los ejércitos de la época y que los romanos conocían bien por haberse enfrentado a ellos cuando formaban parte de las tropas del rey de Epiro, Pirro I. En realidad, los elefantes de Aníbal son una cifra insignificante comparada con los ejércitos de la época helenística. De hecho, la mayoría murieron durante el viaje a través de los Alpes o víctimas de la humedad de las marismas etruscas. La única bestia que sobrevivió fue empleada como montura por el propio Aníbal. En efecto, Aníbal perdió su ojo derecho durante una batalla menor y utilizó este medio de transporte para no entrar en contacto con el agua. Según otros historiadores, Aníbal sufrió una oftalmía que le dejó tuerto.