Alexander Fleming
Pasaje de la Historia sobre Alexander Fleming del programa la Rosa de los Vientos narrado por Juan Antonio Cebrían.
Sir Alexander Fleming (Lochfield, Escocia, 6 de agosto de 1881-Londres, 11 de marzo de 1955) fue un científico escocés famoso por descubrir la enzima antimicrobiana llamada lisozima. También fue el primero en observar los efectos antibióticos de la penicilina obtenidos a partir del hongo Penicillium chrysogenum.
Alexander Fleming nació en Lochfield (Escocia) y murió en Londres, Inglaterra, a los 73 años de edad. Trabajó como médico microbiólogo en el Hospital St. Mary de Londres hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial. En este hospital trabajó en el Departamento de Inoculaciones, dedicado a la mejora y fabricación de vacunas o inyecciones y sueros. Almorth Edward Wright, secretario del Departamento, despertó el interés de Fleming por nuevos tratamientos para las infecciones. Durante la guerra fue médico militar en los frentes de Francia y quedó impresionado por la gran mortalidad causada por las heridas de metralla infectadas (p. ej., gangrena gaseosa) en los hospitales de campaña.
Finalizada la guerra, regresó al Hospital St. Mary donde buscó intensamente un nuevo antiséptico que evitase la dura agonía provocada por las heridas infectadas. Fleming fue iniciado en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado en 1909, en la logia Nº 2682 Santa María de Londres, y fue exaltado al grado de maestro en la logia Misericordi, también de Londres, Nº3286. La historia popular de que el padre de Winston Churchill pagó por los estudios de Fleming, cuando el padre de Fleming salvó la vida a Winston Churchill, es falsa. De acuerdo con la biografía de Kevin Brown. Penicillin Man: Alexander Fleming and the Antibiotic Revolution Fleming describió la historia a su colega y amigo Andre Gratia como una fábula asombrosa. Tampoco fue Fleming el que salvó la vida a Churchill durante la Segunda Guerra Mundial. Este fue curado utilizando otro medicamento, llamado Sulphapyridine, el cual era conocido entonces por el nombre de M&B 693 por los laboratorios que lo desarrollaban, May & Baker Ltd. En una entrevista radiofónica, posterior a la guerra, Churchill se refirió al medicamento que le salvó la vida como "El admirable M&B".