Ricardo Corazón de León vs Felipe II

Edad Media - 1189 DC

Pasaje de la Historia sobre Ricardo Corazón de León vs Felipe II del programa la Rosa de los Vientos narrado por Juan Antonio Cebrían.

Ricardo ya había tomado la cruz como Conde de Poitou en 1187. Su padre Enrique II de Inglaterra y Felipe II de Francia también lo habían hecho en Gisors el 21 de enero de 1188, después de enterarse de la caída de Jerusalén en manos de Saladino. Habiéndose convertido en rey, Ricardo y Felipe acordaron ir a la Tercera Cruzada juntos, temiendo que en su ausencia el otro usurpase sus territorios. Ricardo juró renunciar a su pasado de debilidad para demostrar que era merecedor de tomar la cruz. Comenzó a reunir y equipar nuevamente un ejército de cruzada. Gastó la mayor parte del tesoro de su padre (amasado con el dinero reunido por el impuesto saladino), subió los impuestos e incluso acordó liberar al rey Guillermo I de Escocia de su servilidad a cambio de 10.000 marcos.

Para reunir aún más dinero, vendió posiciones oficiales, derechos y tierras a cualquier interesado. Incluso aquellos que ya habían sido nombrados, fueron forzados a pagar fuertes sumas para retener sus puestos. Guillermo Longchamp —obispo de Ely y canciller del Rey— hizo una oferta de 3.000 libras para permanecer como canciller. Aparentemente, esta oferta fue pujada por un tal Reginaldo el Italiano, pero fue rehusada. Hizo algunos arreglos finales en el continente. Reconfirmó el nombramiento hecho por su padre de Guillermo Fitz Ralph al importante puesto de senescal de Normandía.

En Anjou, Esteban de Tours fue reemplazado como senescal y temporalmente encarcelado por mal manejo fiscal. Payn de Rochefort, un caballero angevino, fue elevado al puesto de senescal de Anjou. En Poitou, el ex preboste de Benon, Pedro Bertin, fue nombrado senescal y, finalmente, en Gascuña, el oficial local Helio de La Celle fue escogido para la senescalía. Luego de reposicionar a la mayor parte de su ejército y dejar resguardadas sus posesiones territoriales en Francia, Ricardo I inició finalmente la marcha a la cruzada el verano de 1190, cuya demora fue criticada por trovadores como Bertrán de Born.

Nombró regentes a Hugh de Puiset, obispo de Durham, y a Guillermo de Mandeville, tercer conde de Essex, quien murió poco después y fue reemplazado por el canciller del rey, Guillermo Longchamp. El hermano de Ricardo I, Juan I de Inglaterra, no estuvo de acuerdo con esta decisión y comenzó a intrigar contra Guillermo. Algunos autores han criticado a Ricardo I por pasar sólo seis meses de su reinado en Inglaterra y desviar los recursos del reino para apoyar su cruzada y otras campañas en lo que hoy es Francia. Ricardo I decía que en Inglaterra “hacía frío y siempre está lloviendo”, y cuando juntaba fondos para su cruzada, se le oía declarar que “Si hubiera encontrado un comprador para Londres mismo, lo habría vendido”. Sin embargo, Inglaterra era una parte minoritaria de sus territorios, sólo importante al darle un título real con el cual aproximarse a otros reyes como un igual. Como la mayoría de los reyes Plantagenet antes del siglo XIV, no tuvo necesidad de aprender el idioma inglés. Dejando el país en manos de varios funcionarios nombrados por él (incluyendo a veces a su madre), Ricardo estaba más interesado por sus extensos territorios franceses.