Batalla de Kursk

Edad Contemporanea - 1943 DC

Pasaje de la Historia sobre Batalla de Kursk del programa la Rosa de los Vientos narrado por Juan Antonio Cebrían.

La batalla de Kursk, también denominada Operación Ciudadela, da nombre a una serie de choques armados que tuvieron lugar entre julio y agosto de 1943 en la región de ese mismo nombre en Rusia en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. En ella, las tropas del ejército alemán harían el último esfuerzo ofensivo en el frente del este, agrupando el grueso de sus fuerzas acorazadas y sus más modernas armas, pasando por las unidades más potentes y sus generales más prestigiosos, enfrentándose con tropas del Ejército Rojo de la URSS. La operación recibió el nombre en clave de Operación Zitadelle (Ciudadela), y se considera una de las batallas más grandes de la historia, pues participaron alrededor de tres millones de soldados, más de 13.000 tanques y unos 12.000 aviones. La fase de ofensiva soviética entre el 12 julio al 23 agosto de 1943 fue la primera vez que el Ejército Rojo derrotó a los alemanes en pleno verano.

La Batalla de Kursk tiene tanta importancia porque significó el primer combate en que la ofensiva Blitzkrieg alemana fue derrotada antes de que pudiera romper las defensas enemigas y además fue un triunfo soviético en estrategia avanzada. El modelo de operación estratégica utilizado por los soviéticos en esta batalla ha obtenido un puesto en los planes de estudio de las escuelas militares. Tras la victoria soviética en Stalingrado, el Ejército Rojo desencadenó una serie de ofensivas obligando a los alemanes a evacuar el grupo de Ejércitos A ubicado en el Cáucaso por temor a que fueran aislados (cosa que hubiera sido un desastre aún mayor que el de Stalingrado), quedando aislada la cabeza de puente de Kuban. Los soviéticos sobreexplotaron su victoria, llegando hasta más allá de Járkov, cerca del Cuartel General de Erich von Manstein en Zaporozhye, donde fueron rechazados por una bien dirigida contraofensiva de este mismo general.

De esta manera los alemanes capturaron de nuevo la ciudad de Járkov, formándose un saliente soviético centrado en Kursk (véase Tercera Batalla de Járkov). Hitler decidió destruir el saliente, seguro de contar con las fuerzas necesarias para que Alemania retomara la iniciativa. Los soviéticos descubrieron el plan alemán y mediante medidas defensivas en el saliente planearon desgastar el ataque alemán para después contraatacar a las fuerzas desgastadas. El desembarco aliado en Sicilia acabaría con las esperanzas alemanas y la operación Ciudadela sería suspendida. En Kursk, los alemanes quemaron casi todas sus reservas en cuanto a carros de combate se refiere. También se notó en las bajas humanas, dando lugar a la pérdida de muchos hombres en ambos bandos, que con dificultad Alemania podría reemplazar. Kursk marcó el inicio de un avance soviético que no mermaría hasta la toma de Berlín.